lunes, 16 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
VIDEOS PARA INTRODUCIRNOS AL MUNDO DE LA METAFISICA
¿Qué es la metafísica? https://www.youtube.com/watch?v=P0kFbbdE6uM
Metafísica, https://www.youtube.com/watch?v=A7Irb4etAVA
Del Mito a la Razón https://www.youtube.com/watch?v=xYn3xlEHEvc
Historia de la Alquimia Metafísica Cuántica CMA 3179ª https://www.youtube.com/watch?v=g8K70BIfGlk
La Metafísica en Aristóteles https://www.youtube.com/watch?v=PM0V9IuYDj8
LIBRO PARA ADENTRARNOS A LA METAFÍSICA
1. METAFÍSICA 4 EN 1 Vol. 1
http://www.ssucbba.org/biblioteca/archivos/medicina/0005Metafisica4en1.pdf
2. METAFISICA DE ARISTOTELES
https://es.scribd.com/doc/196261730/Aristoteles-Metafisica-Ed-Gredos-pdf
3. INTRODUCCION A LA METAFISICA
https://es.scribd.com/doc/238714697/Heidegger-Martin-Introduccion-a-La-Metafisica
4. QUE ES METAFISICA https://es.scribd.com/doc/237005438/125424094-Heidegger-Que-Es-Metafisica
5. KANT Y EL PROBLEMA DE LA METAFISICA
https://es.scribd.com/doc/113274266/Kant-y-El-Problema-de-La-Metafisica
6. KANT LA FUNDAMENTACION DE LA METAFISICA DE LAS COSTUMBRES https://es.scribd.com/doc/219559856/Kant-La-Metafisica-de-Las-Costumbres
HISTORIA DE LA METAFÍSICA POR ETAPAS
Edad Antigua
Presocráticos
Ya desde los inicios de la filosofía en Grecia, con los
llamados filósofos presocráticos, se aprecian los intentos de entender el
universo todo a partir de un principio (originario) único y universal, el αρχη
(arjé).
Parménides de Elea (siglo VI-V
a. C.) es considerado el fundador de la ontología. Es él quien
utiliza por primera vez el concepto de ser/ente en forma abstracta. Este saber,
metafísico, comenzó cuando el espíritu humano se hizo consciente de que lo real
sin más no es lo que nos ofrecen los sentidos, sino lo que se capta con el
pensamiento. («Lo mismo es pensar y ser») Es lo que él llama «ser», y que
caracteriza a través de una serie de determinaciones conceptuales que están al
margen de los datos de los sentidos, como ingénito, incorruptible, inmutable,
indivisible, uno, homogéneo, etc.
Parménides expone su teoría con
tres principios: «el ser (o el ente) es y el no-ser no es», «nada puede pasar
del ser al no-ser y viceversa» y «lo mismo es el pensar que el ser» (esto
último se refiere a que no puede existir lo que no puede ser pensado).
La influencia de Parménides es
decisiva en la historia de la filosofía y del pensamiento mismo. Hasta
Parménides, la pregunta fundamental de la filosofía era: ¿de qué está hecho el
mundo? (a lo que algunos filósofos habían respondido que el elemento
fundamental era el aire, otros que era el agua, otros un misterioso elemento
indeterminado, etc.) Parménides instaló al «ser» (esse) en la escena como
objeto principal del discurrir filosófico. El próximo paso decisivo lo dará
Sócrates.
Sócrates
La filosofía de Sócrates (470-399
a. C.) se centra en la moral. Su pregunta fundamental es: ¿qué es el bien?
Sócrates creía que si se lograba extraer el concepto del bien se podía enseñar
a la gente a ser buena (como se enseña la matemáticas, por ejemplo) y se
acabaría así con el mal. Estaba convencido de que la maldad es una forma de
ignorancia, doctrina llamada intelectualismo moral. Desarrolló la primera
técnica filosófica que se conoce: la mayéutica. Consistía en preguntar y volver
a preguntar sobre las respuestas obtenidas una y otra vez, profundizando cada
vez más. Con ello pretendía llegar al «logos» o la razón final que hacía que
una cosa fuera esa cosa y no otra. Este «logos» es el embrión de la «idea» de
Platón, su discípulo.
Platón
El punto central de la filosofía
de Platón (427-347 a. C.), lo constituye la teoría de las Ideas. Platón observó
que el logos de Sócrates era una serie de características que percibimos en los
objetos (físicos o no) y están asociadas a él. Si a ese logos lo separamos del
objeto físico y le damos existencia formal, entonces se llama «idea» (la
palabra «idea» la introdujo Platón). En los diálogos platónicos aparece
Sócrates preguntando por lo que es justo, valeroso, bueno, etc. La respuesta a
estas preguntas presupone la existencia de ideas universales cognoscibles por
todos los seres humanos que se expresan en estos conceptos. Es a través de
ellas que podemos captar el mundo en constante transformación.
Las ideas son el paradigma de las
cosas. Su lugar está entre el ser y el no-ser. Son anteriores a las cosas, que
participan (methexis) de ellas. En sentido estricto sólo ellas son. Las cosas
particulares que vemos sólo representan copias más o menos exactas de las
ideas. La determinación o definición de las ideas se obtiene a través del
ejercicio dialógico riguroso, enmarcado en determinado contexto histórico y
coyuntural, delimitando aquello en lo que se ha centrado la investigación (la
idea).
Aristóteles
Aristóteles (384-322 a. C.) nunca
usó la palabra «metafísica» en su obra conocida como Metafísica. Dicho título
se atribuye al primer editor sistemático de la obra del estagirita, Andrónico
de Rodas, que supuso que, por su contenido, los catorce libros que agrupó
debían ubicarse después de la «física» y por esa razón usó el prefijo «μετὰ»
(más allá de... o después de...) En su análisis del ente, Aristóteles va más
allá de la materia, al estudiar las cualidades y potencialidades de lo
existente para acabar hablando del «ser primero», el «motor inmóvil» y
generador no movido de todo movimiento, que más tarde sería identificado con
Dios.
Para Aristóteles la metafísica es
la ciencia de la esencia de los entes y de los primeros principios del ser. El
ser se dice de muchas maneras y éstas reflejan la esencia del ser. En ese
sentido elabora ser, independientemente de las características momentáneas,
futuras y casuales. La ousía (generalmente traducido como sustancia) es aquello
que es independiente de las características (accidentes), mientras que las
características son dependientes de la ousía. La ousía es lo que existe en sí,
en contraposición al accidente, que existe en otro. Gramaticalmente o
categorialmente, se dice que la sustancia es aquello a lo que se adscribe
características, es decir, es aquello sobre lo cual se puede afirmar (predicar)
algo. Aquello que se afirma sobre las sustancias son los predicados.
Edad Media
En la Edad Media, se dio el
debate sobre la distinción y orden de jerarquías entre la metafísica y la
teología, en especial en la escolástica. La cuestión de la distinción entre
metafísica y teología es también omnipresente en la filosofía moderna.
El islam
La llegada de la filosofía griega
al campo de influencia del islam no fue directa, sino que tiene que ver con los
cenobios cristianos en la península arábiga y los pertenecientes a ideologías
consideradas heréticas y que utilizaban la filosofía griega no como un fin,
sino como un instrumento que les servía para sus especulaciones teológicas
(como los monofisistas o los nestorianos), pero es por el interés utilitarista
en la medicina griega cuando empiezan a hacerse traducciones al persa que
después pasarían tardíamente al árabe.Cabe mencionar que en árabe no existe el
verbo «ser» y más difícilmente una construcción como «ser», que es un verbo
convertido en sustantivo. Es reseñable que la metafísica del mundo islámico
quedó influenciada en gran medida por la metafísica de Aristóteles.
En el cristianismo
En la Edad Media la metafísica es
considerada la «reina de las ciencias» (Tomás de Aquino). Se proponen la tarea
de conciliar la tradición de la filosofía antigua con la doctrina religiosa
(musulmana, cristiana o judía). Con base en el neoplatonismo tardío la
metafísica medieval se propone reconocer el «verdadero ser» y a Dios a partir
de la razón pura. Los temas centrales de la metafísica medieval son la
diferencia entre el ser terrenal y el ser celestial (analogía entis), la
doctrina de los trascendentales y las pruebas de la existencia de Dios. Dios es
el fundamento absoluto del mundo, del cual no se puede dudar. Se discute si
Dios ha creado el mundo de la nada (creación ex nihilo) y si es posible acceder
a su conocimiento a través de la razón o sólo a través de la fe. Inspirados en
la teoría de la duplicación de los mundos atribuida a Platón su metafísica se
manifiesta como una suerte de «dualismo» del «acá» y del «más allá», de la
«mera percepción sensible» y del «pensar puro como conocimiento racional», de
una «inmanencia» de la vida interior y una «trascendencia» del mundo exterior.
Edad Moderna
La tradición moderna ha dividido
a la metafísica en: 1. Filosofía de la
naturaleza, también llamada cosmología racional o simplemente cosmología.
2. Filosofía del hombre,
también llamada psicología metafísica, psicología filosófica, psicología
racional, antropología metafísica o antropología filosófica. 3. Teología natural, también llamada
teodicea o teología racional. Esta clasificación, que fue propuesta entre otros
por Christian Wolff, ha sido posteriormente discutida, pero sigue siendo
considerada canónica.
Kant
La filosofía trascendental de
Kant significó un «giro copernicano» para la metafísica. Su posición frente a
la metafísica es paradigmática. Le atribuye ser un discurso de «palabras
huecas» sin contenido real, la acusa de representar «las alucinaciones de un
vidente», pero por otra parte recoge de ella la exigencia de universalidad.
Kant se propuso fundamentar una
metafísica «que pueda presentarse como ciencia». Para ello examinó primero la
posibilidad misma de la metafísica. Para Kant las cuestiones últimas y las
estructuras generales de la realidad están ligadas a la pregunta por el sujeto.
A partir de este presupuesto dedujo que hay que estudiar y juzgar aquello que
puede ser conocido por nosotros. A través de su criticismo se diferenció
explícitamente de las posiciones filosóficas que tienen como objeto la pregunta
sobre qué es el conocimiento. Se alejó así de las tendencias filosóficas
imperantes, tales como el empirismo, el racionalismo y el escepticismo. También
a través del criticismo marcó distancia del dogmatismo de la metafísica que
-según Kant- se había convertido en una serie de afirmaciones sobre temas que
van más allá de la experiencia humana. Intentó entonces llevar a cabo un
análisis detallado de la facultad humana de conocer, es decir, un examen
crítico de la razón pura, de la razón desvinculada de lo sensible (Crítica de
la razón pura, 1781-1787). Para ello es decisivo el presupuesto epistemológico
de Kant de que al ser humano la realidad no se le presenta tal como es
realmente (en sí), sino tal como se le aparece debido a la estructura
específica de su facultad de conocimiento.
Kant dedujo que la metafísica
tradicional no es posible, porque el ser humano no dispone de la facultad de
formar un concepto basándose en la experiencia sensible de lo espiritual, que
es la única que permitiría la verificación de las hipótesis metafísicas. Como
el pensar no dispone de ningún conocimiento de la realidad en este aspecto,
estos asuntos siempre permanecerán en el ámbito de lo
especulativo-constructivo. Entonces, por principio, no es posible según Kant
decidir racionalmente sobre preguntas centrales tales como si Dios existe, si
la voluntad es libre o si el alma es inmortal. Las matemáticas y la física
pueden formular juicios sintéticos a priori y, por ello, alcanzar un
conocimiento universal y necesario, un conocimiento científico.
Idealismo alemán
Fichte, Schelling y Hegel, y que considera a la realidad
como un acontecimiento espiritual en el que el ser real es superado, siendo
integrado en el ser ideal.
El idealismo alemán recoge el
giro trascendental de Kant, es decir que, en vez de entender la metafísica como
la búsqueda de la obtención del conocimiento objetivo, se ocupa de las
condiciones subjetivas de posibilidad de tal conocimiento. Así, se plantea
hasta qué punto el ser humano puede llegar a reconocer estas evidencias. Sin embargo,
rechaza que el conocimiento se limite a la experiencia posible y a los meros
fenómenos, y propone una superación de esta posición, volviendo a postulados
metafísicos que puedan reclamar validez universal: «conocimiento absoluto» como
se decía desde Fichte hasta Hegel. Si aceptamos que los contenidos del
conocimiento sólo valen en relación con el sujeto -como suponía Kant- y
consideramos que esta perspectiva es absoluta, es decir, es la perspectiva de
un sujeto absoluto, entonces el conocimiento válido para este sujeto absoluto
también tiene validez absoluta. A partir de este planteamiento el idealismo
alemán considera que puede superar la contradicción empírica entre sujeto y
objeto, para poder captar lo absoluto.
Hegel sostiene que de una
identidad pura y absoluta no puede surgir o entenderse una diferencia (esa
identidad sería como «la noche, en la que todas las vacas son negras»): no
explicaría la realidad en toda su diversidad. Por eso «la identidad de lo
absoluto» debe entenderse como que está desde su origen ya que contiene en sí
la posibilidad y la necesidad de una diferenciación. Esto implica que lo
absoluto se realiza en su identidad por el plasmado y la superación de momentos
no idénticos, esto es, la identidad dialéctica. A partir de este planteamiento
Hegel desarrolla la Ciencia de la lógica considerado, tal vez, como el último
gran sistema de la metafísica occidental.
Edad Contemporánea
Friedrich Nietzsche considera que
Platón es el iniciador del pensamiento metafísico y le hace responsable de la
escisión en el ser que tendrá luego formas variadas pero constantes. La
división entre mundo sensible y mundo inteligible, con su correlato
cuerpo-alma, y la preeminencia del segundo asegurada por la teoría de las Ideas
sitúa el mundo verdadero más allá de los sentidos. Esto deja fuera del pensar
el devenir, aquello no apresable en la división sensible-inteligible por su
carácter informe, y que también dejan escapar las subsiguientes divisiones
aristotélicas, como sustancia-accidente y acto-potencia.
Martin Heidegger dijo que nuestra
época es la del «cumplimiento de la metafísica», pues desde los inicios del
pensamiento occidental se han producido unos determinados resultados que
configuran un panorama del que el pensamiento metafísico no puede ya dar
cuenta. El propio éxito de la metafísica ha conducido fuera de ella. Ante esto,
la potencia del pensamiento consiste precisamente en conocer e intervenir sobre
lo conocido. Pero el pensamiento metafísico carece ya de potencia ya que ha
rendido sus últimos frutos.
Heidegger afirmó que la
metafísica es «el pensamiento occidental en la totalidad de su esencia». La
utilización del término «esencia» en esta definición, implica que la técnica
para estudiar la metafísica como forma de pensamiento, es o debe ser la
metafísica en el primer sentido antes indicado. Esto quiere decir que los
críticos de la metafísica como esencia del pensamiento occidental, son
conscientes de que no existe una «tierra de nadie» en que situarse, más allá de
esa forma de pensamiento; sólo el estudio atento y la modificación consciente y
rigurosa de las herramientas proporcionadas por la tradición filosófica, pueden
ajustar la potencia del pensamiento a las transformaciones operadas en aquello
que la metafísica estudiaba: el ser, el tiempo, el mundo, el hombre y su
conocer. Pero esa modificación supone a su vez un «salto» que toda la tradición
del pensamiento ha escenificado, ha fingido o soñado dar a lo largo de su
desarrollo. El salto fuera de la metafísica y por tanto, quizá la revocación de
sus consecuencias.
Heidegger caracterizó el discurso
metafísico por su impotencia para pensar la diferencia óntico-ontológica, es
decir, la diferencia entre los entes y el ser. La metafísica refiere al ser el
modelo de los entes (las cosas), pero aquél sería irreductible a éstos: los
entes son, pero el ser de los entes no puede caracterizarse simplemente como
éstos. El ser es pensado como ente supremo, lo que le identifica con Dios; la
pulsión ontoteológica es una constante en el pensamiento occidental. Para
Heidegger la metafísica es el «olvido del ser», y la conciencia de este olvido
debe abrir una época nueva, enfrentada a la posibilidad de expresar lo dejado
al margen del pensamiento.
La filosofía analítica con autores como Russell y Moore muy
escéptica respecto a la posibilidad de una metafísica sistemática tal y como se
había defendido tradicionalmente. Esto se debe a que el nacimiento de la
filosofía analítica se debiera principalmente a un intento de rebelión contra
el idealismo neohegeliano entonces hegemónico en la Universidad británica.
Sería a partir de los años veinte cuando el Círculo de Viena, ofrecería una
crítica total a la metafísica como un conjunto de proposiciones carentes de
significado por no cumplir con los criterios verificacionistas del significado.
No obstante esta posición es hoy minoritaria en el panorama analítico, donde se
ha recuperado el interés por ciertos problemas clásicos de la metafísica como
el de los universales, la existencia de Dios y otros de tipo ontológico.
El postestructuralismo (Gilles Deleuze, Michel Foucault,
Jacques Derrida) retoma la crítica de Nietzsche, y argumenta que lo no pensable
en la metafísica es precisamente la «diferencia» en tanto tal. La diferencia,
en el pensar metafísico, queda subordinada a los entes, entre los que se da
como una «relación». La pretensión de «inscribir la diferencia en el concepto»
transformando éste y violentando para ello los límites del pensamiento
occidental aparece ya como una pretensión que lleva a la filosofía más allá de
la metafísica.
BIBLIOGRAFÍA
Metafísica, recuperado el 12
de mayo de 2016, en https://es.wikipedia.org/wiki/Metaf%C3%ADsica#Historia_de_la_metaf.C3.ADsica
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